domingo, 11 de mayo de 2014

Algunos cuentos Sufíes

Los cuentos de Idries Shah vienen todos de una tradición rica en narraciones de Afganistán, Asia central y Medio Oriente. Por más de mil años, alrededor de la fogata y a la luz de las velas, las personas les contaban estas historias a sus niños, no solamente para entretenerlos, sino también para ayudar a los más jóvenes a comprender su mundo. Las escuelas para niños jóvenes eran pocas, pero había muchos narradores de cuentos. La educación provenía de los cuentos. El autor Idries Shah fue un afgano que pasó 30 años de su vida recopilando, traduciendo y seleccionando estas historias para una audiencia occidental. Nos muestran qué compartimos y cómo aprender unos de otros. Ayudan a comprender la naturaleza humana. Alientan cualidades como la independencia, la capacidad de sobrellevar temores irracionales, causados por cosas que los niños todavía no comprenden, negociación pacífica en lugar de confrontación violenta, y muchas cosas más.

 "Los cuentos se han utilizado desde la antigüedad inmemorial, como portadores de conocimiento e instrumentos de comprensión".
"A mis Maestros. Que tomaron lo que fue dado, que dieron lo que no podía ser tomado."
 Idries Shah.


Estos son algunos cuento Sufíes de Idries Shah:

SENDAS DIFERENTES
Tú eres un gran místico- le dijo a Nasrudín uno de sus pupilos-, y sin duda sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida, en vez de seguir todos una única senda. -Sencillo-contestó su maestro-. Si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría, y todos nos caeríamos al océano.

  CONOCIMIENTO TEORICO
 Nasrudín estaba deseoso de ofrecer a sus dos hijos una educación decente. Con esta idea en la cabeza, los envió a la sede suprema del saber en el país para que fueran educados. Cuando, años más tarde, volvieron los hijos como filósofos hechos y derechos, decidió probar sus conocimientos. - Coged esta silla y ponedla sobre mi burro – dijo a los universitarios. En vez de realizar esta simple tarea, los filósofos se sentaron y empezaron a discutir el problema desde todos los ángulos. Al anochecer, todavía no habían conseguido llegar a una decisión. - ¡Justo lo que pensaba! – dijo su desalentado padre -. Todo este conocimiento teórico os hace tan inteligentes como mi burro.

¿QUÉ ES UNA PALABRA VERDADERA?
Un vecino de Nasrudín fue a visitarlo. Mulá, necesito que me preste su burro. - Lo lamento -dijo el Mulá-, pero ya lo he prestado. No bien terminó de hablar, el burro rebuznó. El sonido provenía del establo de Nasrudín. - Pero, Mulá, puedo oír al burro que rebuzna ahí dentro. Mientras le cerraba la puerta en la cara, Nasrudín replicó con dignidad: «Un hombre que cree en la palabra de un burro más que en la mía no merece que le preste nada.»

 LUNAS VIEJAS
¿Qué hacen con la luna vieja cuando hay una luna nueva? -le preguntó un bromista a Nasrudín. - La cortan a pedazos. Cada luna vieja se convierte en cuarenta estrellas.

 LA MUJER PERFECTA
Nasrudin conversaba con un amigo. - Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte? - Sí pensé -respondió Nasrudin. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo. Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita. Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material. - ¿Y por qué no te casaste con ella? - ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.

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